Ante la grandeza de lo que me rodeaba, me deje llevar... Lo admito.

Pero mi corazón, mi mente, mi cuerpo estaba encantado y no me podía mover, ni siquiera emitir un sonido. Sinceramente no sé como es que aún seguía respirando, tal vez ya no tenía ganas de vivir. Por que en ese momento lo estaba viendo todo y supe que no había nada más.

¿Como llamarle a esto? No me atrevo a decir que descubrí, aún no estoy segura si era la muerte o la vida misma, sólo sabía que no me importaba nada.

Vi mis ropas y me parecieron tan banales, mi maquillaje, el tinte en el cabello, los zapatos ¿Que era lo que valía la pena?. ¡Ese momento señores! Ese momento, valía todo, mis años en la escuela, mi dedicación, mi familia, me sentí tan agradecida, tan llena.

No era felicidad, no...no... Es eso que se siente cuando ya sabes que llego el día, el momento, y te rindes ante la belleza, me puse de rodillas, acepto que lloré, pero de satisfacción, por que nadie era más feliz que yo en ese momento, nadie sabía lo que estaba observando y nadie lo sabrá, así que sólo me mantuve sonriente. Dejé caer esas lagrimas por que sabía que ya nunca volvería a tener ese placer, de entrada sé que los humanos no sabemos volar pero yo tenía alas ¡Tenía alas y debía usarlas! Yo simplemente...

"Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son."